Seguramente has escuchado hablar del metaverso y probablemente no entiendas completamente de qué va. Este concepto que capta la atención de todos en la actualidad surge en el año 1992 con la novela Snow Crash. Es allí donde el autor Neal Stephenson introduce por primera vez este término revolucionario que posiblemente modifique la percepción del mundo y la manera como interactuamos.
En esta oportunidad, trataremos de contarte de la forma más simple que encontremos en qué consiste y cuáles son las posibilidades que ofrece.
¿De que va el metaverso?
El significado etimológico de la palabra metaverso es más allá del universo, este término alude a una suerte de realidad alterna, un mundo virtual.
El concepto de metaverso implica una experiencia inmersiva de carácter multisensorial. Para lograr esto, resulta imprescindible acompañar esta vivencia con el uso de desarrollos tecnológicos, inteligencia artificial, realidad aumentada y dispositivos diversos.
Podemos conceptualizar entonces al metaverso como un entorno virtual en el cuál las personas interactúan a través de avatares. La interacción puede ser de todo tipo: social, económica, laboral, etc.
Elementos característicos del metaverso
Según el experto en Telecomunicaciones y profesor universitario en Indiana Edward Castronova, quien se ha dedicado a estudiar los metaversos; estos se caracterizan por presentar estos tres elementos:
Interactividad. Implica la existencia de una comunicación e interacción con otros usuarios dentro del metaverso. En este sentido, las acciones de los usuarios deben poder tener una influencia tanto en los objetos que integran esta realidad alterna como en los demás usuarios.
- Corporeidad. Es preciso que este universo virtual contemple ciertas leyes físicas que permita al usuario acceder en primera persona a él.
- Persistencia. Este mundo virtual debe tener continuidad, en el sentido que, aunque ningún usuario se encuentre conectado el sistema siga operando.
La versión de Zuckerberg
En la actualidad se pueden evidenciar algunos ejemplos de metaverso, tal es el caso de Second Life o lo que sucede con la economía digital y las NFT. No obstante, Zuckerberg plantea una idea más específica y de mayor alcance. Tan grande es su apuesta en este sentido, que cambió el nombre de su compañía Facebook por Meta.
Zuckerberg pretende alcanzar una experiencia que implique inmersión total, una suerte de realidad paralela absolutamente virtual. A la misma se ingresaría a través de dispositivos tecnológicos que utilicen la inteligencia artificial, la biometría y la realidad aumentada.
Incluso, persigue que los dispositivos a emplear puedan seguir los movimientos e interpretar las expresiones faciales de manera perfecta. La idea es que los avatares puedan recrear al usuario de manera tal, que puedan transmitir las emociones y su lenguaje corporal.
La idea es incorporar el mundo físico al virtual y viceversa. Sin duda alguna, una idea increíble que ofrece una nueva perspectiva y promete cambiar al mundo. Meta no se embarca en esta empresa de manera solitaria; Nvidia, Google y Microsoft por su parte, también hacen lo propio en lo que al metaverso respecta.
El metaverso y sus posibilidades
En este punto seguramente te preguntarás: ¿qué tiene el metaverso para ofrecer? La respuesta es compleja, en el sentido que ahora mismo el metaverso es más un proyecto que una realidad. Si se materializa exitosamente puede constituir el avance más grande de la red y por ende, sus posibilidades serían infinitas.
La visión de Meta espera que este universo virtual pueda ofrecer iguales posibilidades que el mundo real. La idea es que sea posible adquirir bienes de forma virtual, ropa, coches e incluso bienes raíces. También puede resultar práctico para llevar a cabo reuniones laborales, nuestro avatar sería quien asista a la oficina virtual mientras nosotros estamos en casa.
A nivel económico hay grandes expectativas, sobre todo después del auge de las criptomonedas. Se prevé que genere nuevas monedas virtuales, sistemas de micropagos e incluso que pueda generar oportunidades laborales.
Por supuesto, las interacciones sociales serían realmente especiales y se podrían acortar las distancias de manera significativa. No importa donde nos encontremos en el mundo físico. Si estas en Pekín y tienes un familiar en Madrid, ambos pueden estar juntos en el metaverso.
¿Cambiará el mundo?
Sin duda, de materializarse esta idea y ser masiva, el mundo experimentará un cambio. Lo ha hecho antes con la llegada de internet, de las redes sociales y las distintas herramientas tecnológicas.
Seguramente surgirán nuevas modalidades de negocio, monedas virtuales, espacios de trabajo, modalidades de ocio y nuevas formas de relacionarse. No obstante, aún queda mucho camino por recorrer para llegar a ese punto. Falta aún el soporte tecnológico, los dispositivos de inteligencia artificial y la infraestructura necesaria.
Además, es preciso ver qué tan asequible resulta. Si se convierte en un privilegio de pocos, puede que no implique mayores cambios.
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